miércoles, 11 de julio de 2012

¡Métanse su degradante paga vitalicia donde les quepa!

En estos tiempos aciagos, pocos son los ejemplos de dignidad personal, compromiso social y consecuencia con las propias ideas que nos encontramos. Son pocos, pero alguno se encuentra, tal es el caso de Julio Anguita, alcalde de Córdoba entre 1979 y 1986, secretario genreal del PCE entre 1988 y 1998, coordinador de IU entre 1989 y 2000 y ante todo maestro.
Está claro es que necesitamos como respirar un referente ético al que aferrarnos como a una tabla de salvación en este inmeso océano en el que hemos sido abandonados a nuestra suerte la inmesa mayoría de los ciudadanos. La renuncia de Anguita a la pensión máxima vitalicia, a que tenía derecho por haber sido diputado durante 8 años, me parecen un importante gesto simbólico de rechazo pleno a un sistema político de privilegios injustificados. Desde aquí, mi más sincero reconocimiento a su actitud y mi desprecio a todos esos fariseos de la política que pretenden dar lecciones de moral desde sus púlpitos mediáticos.
El siguiento artículo de Raúl Andreu Tena extraído del diario Alhaurindigital retrata a un hombre sencillo, consecuente y sobre todo honesto:


" Julio Anguita renuncia a su pensión vitalicia como ex-parlamentario

Julio Anguita renunció por escrito a la paga de pensión máxima vitalicia a la que tenía derecho como ex-parlamentario, argumentando que  con la pensión que le correspondía como maestro tenía bastante”. Julio Anguita o ¿por qué no todos los políticos son iguales? Cuando José María Aznar y Felipe González nos dictan al común de los ciudadanos una lección de indecoro e insolidaridad, cuando nos enteramos que María Dolores de Cospedal gana al año 241.000   con el cobro de tres sueldos públicos y la Pajin otro tanto por el estilo, cuando sabemos que el presidente de la Diputación de Castellón no tiene mas remedio que declarar un patrimonio de 3,9 millones de euros cuando hace cinco años NO declaraba ninguno, nos enteramos que, de manera totalmente accidental, se ha sabido que hace siete años, Julio Anguita renunció por escrito a la paga de pensión máxima vitalicia a la que tenía derecho como ex parlamentario, argumentando que con la pensión que le correspondía como maestro tenía bastante . Genio y figura. Julio Anguita viene a demostrarnos que el dicho populista de  todos los políticos son iguales  no se verifica, al menos en su totalidad. Que hay distintas formas de ser y estar en la política, de entender los compromisos éticos y ejemplarizantes de un cargo público y que la erosión que afecta a nuestra moral pública tiene un freno.  
    

Foto: Julio Anguita |EFE

No todo es poder y dinero. Tengo la fortuna de ser amigo personal y haber sido de un equipo de gobierno de Julio. Conozco la sobriedad espartana de su espíritu. Sé que en pocas personas se verifica una mayor consecuencia entre lo que dice y piensa y su modo de vida. Nunca había acabado de entender por qué considera un punto de felicidad dormir la siesta en verano sobre una manta tendida en el suelo, ni por qué su mayor consideración del lujo y del ocio es jugar una partida de dominó al atardecer, cuando está de vacaciones. En esta dura mitología del capitalismo, Julio juega contracorriente. Y su compromiso consigo mismo y con la sociedad, gana. Julio Anguita hace suyo el lema de Ghandi de  vivir sencillamente, para que los demás puedan, sencillamente, vivir . Y desde su antisimetría con el político al uso nos aporta soluciones a nuestros graves problemas con la ética y la estética del cargo público. Maestro vocacional, traslada la pedagogía a cualquier escenario, y cuando la acción política diaria, quema y unta, Julio la quiere convertir en lección a pequeña y gran escala. Los ideólogos y profetas de la modernidad, reunidos en torno a un gran medio informativo nacional, pensaron que lo invalidaban para la política cuando acuñaron aquello de  honrado pero desfasado . Su huella llegó hasta el Parlamento en voz de algún replicante moderno . ¡Bendito desfasamiento! Es decir, exentos de las jactanciosas modernidades de los políticos pendientes de la dieta, la nómina y el futuro cargo en el Consejo de Administración de cualquier sucursal del Gran Capital, Julio Anguita, sin contárselo a nadie, y mucho menos a esos sistemas mediáticos que encumbran la vulgaridad y el populismo, le había dado una soberana patada en el culo al sistema. ¡Métanse su degradante paga vitalicia donde les quepa! ¿Porqué no seguiran su ejemplo otros ? Esto tambien lo hizo la cantante griega Nana Mouskouri que estuvo en politica, hasta llegó a ser la representante de Grecia en el Parlamento Europeo y viendo la situación que se avecinaba en su pais hizo lo mismo. ¡Qué pocos actuan así!, contados con una mano y sobran dedos…"
                                                                                                                                                                                                                                           

¿Qué os parece este gesto de renuncia a esa
pensión vitalia máxima?

5 comentarios:

  1. Pues simplemente maravilloso y un ejemplo de que la política debe entenderse como un gesto altruista y no para enriquecerse.

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  2. Un ejemplo a seguir....desde luego.

    si con todo el dinero que nos han robado.. tanto chorizo... me calle que me enciendo.

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  3. los chorizos se curan colgándolos. Listas abiertas ya

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