“Solo dos palabras necesito, es falso”,
dijo el telepresidente Rajoy para autoexculparse del cobro de dinero
negro en el que le incriminan los papeles de Bárcenas publicados.
Curiosamente, solo necesitamos esas dos palabras para describirle a él
como presidente: “Es falso” (incumple sus promesas, miente, se esconde).
Y solo necesitamos esas dos palabras para resumir a su partido: “Es
falso” (engaña, manipula, no llama a las cosas por sus nombre). No lo
pretendía Rajoy pero nos dejó las dos palabras que condensan todo un
sistema político, todo un tinglado, todo un tiempo de mentiras y
corruptelas que ahora se viene abajo: “Es falso”. Rajoy nos dio las dos palabras que necesitábamos para definir este momento: “Es falso”.
Todo es falso. Suena falso. No es creíble. No se sostiene. Apesta a
mentira. Y la mayoría ha empezado a ver el cartón piedra y el decorado.
Hay un acuerdo abrumador sobre las instituciones, sobre la casta
dirigente, sobre el sistema en vigor, sobre el periodismo proselitista,
sobre la crisis, sobre el discurso de la clase dominante: son falsos. La mayoría piensa que el sistema es falso.
Podría parecer una conclusión aterradora pero creo que, al contrario,
es un punto de partida. Por fin casi todos estamos de acuerdo en algo.
Me vais a llamar aventurado pero creo que al régimen anterior le quedan dos telediarios. Ni
el telediario de La Primera puede hacer ya nada por evitarlo. No tienen
escapatoria. PP, PSOE, CiU, los tres grandes partidos que han reinado,
la monarquía que caza y la familia real que ha esquilmado, la Justicia
que se ha politizado, se ha vendido o ha robado, el periodismo que es la
voz de su amo, no pueden seguir engañando por mucho más tiempo ni a
mucha más gente. Están acorralados por sus propias mentiras. Demasiadas
durante demasiado tiempo. Ya da igual lo que digan, ya casi nadie les cree: suenan falsos.
No tiene escapatoria Rajoy. Su comparecencia fue un timo. Fue falsa.
Necesita mucho más que palabras porque su palabra no es creíble. La ha
traicionado demasiadas veces en este último año. Y la patética, cobarde y
lamentable puesta en escena de su discurso, apareciendo a través de un
televisor para no enfrentarse a las preguntas de la prensa, no hace sino
acrecentar la sensación de que tiene miedo y algo oculta. Rajoy apareció en un plasma convirtiéndose en Plasmariano, un presidente que no es real, es solo una imagen en una pantalla, un reflejo, una sombra o como dijo él: la sombra de una sombra de una duda.
Los papeles completos de Bárcenas en los que aparece reiteradamente su
nombre año tras año son una losa casi imposible de levantar. Aunque
presente papeles, Rajoy ya no es creíble. Probablemente la portada de la
revista Mongolia de este mes sea cierta: Rajoy ha muerto. Es un cadáver político. Sus
falsedades anteriores y sus huidas que le hacen parecer mentiroso
fueron cavando una fosa a la que ahora le ha empujado Bárcenas y a la
que se va a llevar a toda su cúpula. Aquí los presidentes mueren
matando. A los suyos.
Que se lo digan a Rubalcaba.
Que se lo digan porque no se entera de que murió con Zapatero. Tampoco
tiene escapatoria el líder de la oposición por más que se empeñe en
creer que la muerte de su rival le dará la vida. Las encuestas le dan
menos pulsaciones que a Rajoy después de Bárcenas. Es para hacérselo
mirar. Como todos estos cadáveres que se desmoronan, Rubalcaba no sabe que la gente solo necesita dos palabras para definirle: “Es falso”.
La plaga de falsedad se ha extendido. Hablas con la gente y en
distintos términos, repiten las dos palabras de Rajoy: “Es falso”. No es
creíble. Es falso que Urdangarín no supiera lo que hacía. Es falso que
la Infanta no supiera lo que hacía su marido. Es falso que el rey no
supiera lo que hacían su hija y su yerno. Es falso que el tesorero de
las infantas no tenga nada que ver en los negocios del duque empalmado.
Es falso que la monarquía sea ejemplar. El rey es
falso, su familia es falsa, Rajoy es falso, Rubalcaba es falso, el
Parlamento es falso, los líderes de todos los partidos son falsos,
ni uno solo aprueba. Es falso que la Justicia sea igual para todos. Es
falso que vivamos en un Estado de Derecho. Es falso que la policía
defienda al ciudadano. Es falso que los políticos representen a los
votantes. Es falso que esto sea una crisis. Es falso que esto sea una democracia.
Es todo tan falso que dudamos de que la Justicia haga prevalecer la
verdad y castigue la mentira. No confiamos en nuestros tribunales. Pues
seamos justos y sinceros: también nosotros somos falsos como sociedad. Cuando menos, hemos permitido la falsedad durante mucho tiempo. No
hemos hecho lo suficiente para erradicarla. Alguna responsabilidad
tenemos. Hemos dejado que nos engañen, no hemos perseguido con
suficiente ahínco a los que trapichean, mienten o estafan no solo a gran
escala sino a pequeña escala, en nuestro ámbito cotidiano. Seamos
sinceros: pocos han afeado la conducta de los que mienten, pocos tienen
el valor de enfrentarse públicamente a la corrupción que campa a sus
anchas a todos los niveles de nuestra sociedad.
No es la Justicia y evidentemente no son los políticos los que tienen que sacarnos del atolladero.
Somos nosotros como colectivo los que tenemos que demostrar que no
somos falsos y que estamos dispuestos a hacer lo que haga falta para
convertirnos en una sociedad más justa, más limpia y más sincera. Es la
hora de la Verdad.
Artículo de Javier Gallego Crudo publicado el 04/02/2013 en Eldiario.es Zona Crítica
¿No os está empezando a agotar vivir en la mentira?
Bss y feliz día

A mi las cosas cada vez me parecen mas alucinantes..besos
ResponderEliminarveo que aun te quedan ganas...y para que ccpolíticas?
ResponderEliminarEl de Ciencias Políticas es un bonito título para decorar una pared ¿no es para eso para lo que sirven ahora los títulos académicos en España? Para decorar paredes y engrosar los datos de perfiles académicos en las lista del paro. Eso si no han ejecutado la hipoteca y ya no tienes ni paredes para colgar esos títulos. Yo, al menos, todavía tengo trabajo, muy al pesar del Sr. Rosell, el mismo que dice que los "donativos" al PP son "cantidades ridículas", otro criminal.
EliminarEse es el listo que te quiere mandar a casa para ahorrar tlf y papel??? o la de hacienda que no sabe lo q ha dicho??
ResponderEliminarEl primero, el primero... cuando ya cree una que el nivel de estupidez y sinvergonzonería en presidentes de la CEOE ha tocado techo hay un relevo en el cargo y...
Eliminar10 puntos. No hay adjetivos para calificar la desfachatez de los políticos que nos gobiernan en este país (y en todos).
ResponderEliminarUn saludo.
Cuánta razón!!! (desafortunadamente)
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